Nos
vamos a Dinamarca.
No es extraño que me atraigan estos interiores encantadores
a las orillas del Mar del Norte.
Toda
mis vacaciones de la infancia las he pasado es estas costas, y tengo recuerdos
inmemorables de las casitas de madera en el bosque, paseando en playas salvajes
y incluso bañándome en sus aguas frías. Luego nos íbamos a descansar en el
porche de la casa, comiendo fresas con nata fresca y tomando zumos de
“Hyldeblomst” una flor tipo manzanilla que se toma mucho allí.
Esta
casa me recuerda todo esto, y el ambiente acogedor y relajado de estos veranos
en Dinamarca. Los veranos siempre se quedan en los recuerdos por toda la vida.
Visto en
Bo Bedre
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